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Por lo poco que lo estuve probando, creo que estoy en condiciones de decir que el nuevo Microsoft Edge es, probablemente, el mejor navegador de la actualidad y con mucha diferencia.

A ver… Es rápido, moderno, tiene lo mejor de Chrome (el motor) y por sobre todo soporta algo que nos tiene – o mejor dicho tenía – a muchos atados al navegador de Google: todas las extensiones de Chrome.

Microsoft, si bien dejó la dignidad de lado al usar el motor Chromium, hizo una apuesta tan arriesgada como astuta: tener lo mejor de Chrome y agregarle funcionalidades extra que cuando las vas viendo no podés creer que vivías sin ellas. Y por sobre todo: un consumo de memoria tremendamente mejorado comparado con el navegador más utilizado del mundo.

Por si todo eso no bastase, es una pieza de software que consume menos ciclos de reloj que el producto de Google y por bastante diferencia. Basta cargar ambos con varias pestañas (y las mismas) para luego abrir el monitor de recursos y darnos cuenta que por lo general en Edge el consumo es de bajo a medio y en Chrome de medio a bajo. Los principales agradecidos de esto son las baterías de las Notebooks (y más cuando el navegador es lo que más se utiliza hoy en día en el mundo).

No solamente en lo que respecta a la performance es fantástico Edge. Comenzando por los 50 servicios menos que trae de fábrica (que utiliza Google para trackear) y siguiendo por el hecho de que a nivel privacidad es superior por escándalo, ya que, justamente a Google no le gusta demasiado ofrecernos opciones para escondernos mientras navegamos. De hecho hace unos días se conoció una millonaria demanda porque incluso siguen recopilando la información de los usuarios que utilizan el modo incógnito, lo que sería similar a poner una cámara escondida en un baño, pero virtual.

Modo oscuro, colecciones, lector envolvente, compatibilidad de Chromecast, grupos de pestañas, cerrar todas las pestañas a la derecha, cerrar todas menos esta y muchas más opciones que van desde detalles hasta features avanzadas hacen de Edge un navegador sensacional, pero así y todo, sigo dudando que se convierta en un líder y referente.

El componente emocional

Si bien Edge es sensiblemente mejor y a pesar de que yo, como entusiasta, debería cambiar de navegador por todo lo anteriormente mencionado, sigo sintiendo un cariño por el navegador que revolucionó Internet de una manera que ninguno otro lo ha hecho.

Muchos odian Chrome ahora, pero pocos saben lo que puteabamos los usuarios en la época donde Internet Explorer era el rey absoluto. Recién cuando Mozilla sacó Firefox 0.7 pudimos tener un navegador decente y cuando Google sacó sus primeras versiones de Chrome volvimos a sentir alegría por algo tan básico como navegar por Internet.

Yo fui fan de Mozilla, pero me pasé bastante rápido a Chrome porque en ese momento me daba todo lo que me ofrecía el navegador del zorro rojo y muchísimo más, especialmente en lo que referido a la interfaz amistosa.

Hoy, Edge ofrece bastante más que Chrome, es cierto, pero no lo suficiente como para sentir que debo cambiar de navegador. Incluso al costo de saber que estoy perdiendo velocidad y ocupando más memoria RAM.

Otra cosa que me tira para atrás es la pérdida de sincronización con mi cuenta de Google. Lo que muchos odian para mi es parte integral de mi vida, y hoy, así como funciona, cumple.

Así que si, aunque parezca una tontería, y lo sé, pero es más emocional que otra cosa.

Si vos no tenés tantos mambos, probalo. Probablemente sea tu próximo navegador.

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